(30 agosto, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- “Vayan a buscar a otros, porque esta parcela es mi reliquia, es el recuerdo de mi padre, no está en venta ni en renta, porque cuando yo llego a ese lugar siento que él está vivo”, respondió Isabel Jiménez, a dos de los ingenieros de la empresa gas Fenosa.
Ambos hombres representaban a los empresarios que lucran con el viento, pero también la represión, el hostigamiento, la humillación y el engaño de las empresas de energía eólica, que con la ayuda incondicional del gobierno local, estatal y federal han obtenido ganancias multimillonarias a costa de la vida y la alimentación de muchas familias en Juchitán.
La historia de Isabel es amplia y su narrativa fluye cuando describe la lucha de su pueblo, lucha que también es suya; entre palabras y breves pausas, los sentimientos se escapan, pero logra contener las lágrimas. Su dolor se refleja en cada una de sus palabras, al conversar con Revolución TRESPUNTOCERO. … SEGUIR LEYENDO